En
ocasiones cuando estamos en nuestros procesos internos de auto descubrimiento o
cuando nos encontramos atrapados en situaciones que nos cuestionan fuertemente
la vida, surge esa pregunta a la que muchas veces le damos la respuesta
incorrecta acomodando lo que creemos ser y disfrazando lo que en verdad debo
ser para no tener que enfrentarme a pensar en lo que he hecho con mi vida.
¿Quién
soy? Una pregunta aparentemente fácil,
pero a la que les aseguro que no le tenemos una respuesta clara.
La
primera vez que me hicieron ésta pregunta, respondí súper convencida que era
una mujer llena de proyectos, con mucha determinación y convencida de mi
potencial. Si ustedes analizan bien mi respuesta, es vaga, nada precisa, no
dice quién soy, solo habla de un par de cualidades que todos tenemos pero que
no responden con honestidad a la pregunta.
¿Porque
nos cuesta tanto definirnos con honestidad?
La
pregunta, obvio se me quedo atravesada y al principio era porque me sentí
irreconocida por quién me cuestionaba las respuestas, pero luego comprendí que
me estaban dando la oportunidad de ser precisa y de buscarme correctamente.
Así
que hoy, no les voy a decir como contestarse esa pregunta, porque la deben
responder desde su propia individualidad, pero si les voy a compartir algunos
pasos que me enseñaron en la búsqueda de mi respuesta personal:
1.
Tu historia de vida es un
elemento tan importante como el nombre que te obsequiaron. En ella está toda la
información desde la cual decidiste consiente o inconscientemente construir la
versión que hoy tienes de ti mismo. Nuestra historia de vida es el motor que
nos impulsa a ser mejores o es el lastre que escogimos para no avanzar.
¿Tu historia te impulsa o te detiene?
Si te impulsa, entonces entendiste que ella no
te define, pero si te muestra por donde es mejor avanzar. Si por el contrario te detiene o te tiene
aletargado, entonces te sugiero que comiences a perdonar y que te enfoques no
en lo que te ha hecho daño sino en todo lo que has aprendido gracias al valor y
la fuerza interior con la que lo has sobrellevado. Agradece tu historia, no la
desconozcas, porque tú eres parte de ella y tienes el poder para mejorarla.
2.
Cuando pienses en quien eres
no te definas a partir de lo que posees, de tus títulos o de tus logros, ellos
solo son el resultado de tus acciones, pero no son quien eres. Tu estas por
encima de todo eso.
La sociedad nos ha llevado a creer que solo
podemos responder a esa pregunta por el nivel de éxito que alcancemos, y yo
quiero preguntarte:
Una ama de casa que prefirió criar a sus hijos
antes que ser una gran ejecutiva, ¿no es exitosa?, Un médico que decidió
abandonar su carrera como residente en un hospital para irse de voluntario por
el mundo con su conocimiento, ¿no es exitoso?, un joven que abandono su carrera
para convertirse en negociante de ropa, ¿no es exitoso?
Seguramente pensaras que no, entonces te hago
otra pregunta:
¿que es el éxito? Y por favor cuando la
respondas, olvídate de las cosas materiales, del dinero y de los logros. ¿Verdad
que no es tan simple?
3.
Solo cuando somos capaces de
dar todo lo que somos, podemos darnos cuenta de que estamos hechos y discernir
la respuesta a quien soy, se comienza ver de forma más simple.
No busco hablar de religiosidad, pero debo
dejar claro desde mi perspectiva, que el Plan de Dios es mucho más retador e
interesante, y en ese plan, él solo espera que tengamos la capacidad de darnos
por completo, que le creamos tanto que sin importar lo que nos pida que
abandonemos, tengamos la certeza de que, en él, todo estará resuelto.
Voy
a usar de forma literal las palabras de una persona que viene trabajando hace
mucho está pregunta en los jóvenes, y más que una palabra es una invitación: “gástate
la vida” viviendo y descubriéndote, esa es la mejor decisión que puedes tomar.
Para terminar, les comparto mi respuesta a la pregunta quién soy?:
Natalia Rodríguez
es el resultado de sus experiencias y decisiones, las buenas y las incorrectas,
es un proyecto que sigue sin terminar y que sigue buscando sus propias respuestas.
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