miércoles, 27 de marzo de 2019

El Peso de las Cargas



                                    Resultado de imagen para cargas emocionales

Creo que todos de una u otra forma afrontamos la vida con una maleta llena de cargas que en muchos casos llegan a asfixiar  lo que somos y nos consume con su gran peso.

Hay varias formas de liberarnos sanamente de las cargas, pero primero hay que entender que es una carga y cuál es el origen de la misma.

Una carga es una tarea incompleta, esta tarea puede ser de sentido emocional, económico, profesional, familiar, afectivo, tiene muchas posibilidades en el origen pero una sola necesidad: atención y perdón.

Las cargas llegan a mi “maleta” de dos formas: me la impuse yo mismo o me la impusieron condiciones externas a las que les di demasiado poder.

Cuando aceptamos una carga, le restamos espacio a la visión de la vida que soñamos y en cambio posicionamos una debilidad como fuente de la razón por la que vivo como vivo o estoy donde estoy.

Una carga auto impuesta es aquella aparente “deuda” con la que aceptas vivir porque erróneamente sientes que es necesaria para recordarte el propósito de la vida, pero no es así, para lo que realmente sirve es para frenarte y cambiarte el rumbo de lo que podrías ser si fueras libre de ella.

Cuando mi papá murió yo tenía 14 años, luego de pelearme con Dios y con la vida asumí el rol de papá en mi casa. Nadie me lo pidió, yo simplemente lo tome creyendo que podría apoyar a mi familia desboronada para seguir adelante; y por muchos años así fue, pero yo seguía sintiéndome ahogada del peso que cada día cobrara esa decisión. Un día alguien puso el dedo en mi llaga y me dolió tanto que entendí que lo único que estaba haciendo era tratando de corregir mi falta de presencia en los últimos días de vida de mi papa.  El día que lo dejé ir, mi vida se liberó.

No muy lejos de mi historia están las cargas que nos imponen quienes nos rodean, cargas que buscan vivir la vida que no se tuvo, ser quien no se es y lo que es más delicado, es una sutil desaprobación de quien eres.

Siempre que recibes una carga de alguien, tú te quitaste del timón de tu vida para dárselo a otro. ¿Vale la pena ser anulado?, ¿es un gesto de amor o respeto permitir que otros tracen nuestro rumbo?, jamás habrá un mejor navegante para tu vida que tú mismo, sólo debes reconocerte tal y como eres y ser capaz de entender que no siempre estarás en aguas tranquilas pero que si tendrás siempre las herramientas para volver a ellas.

Las cargas que asumimos deben ser conscientes y consecuentes con nuestro proyecto de vida y más aún deben tener un tiempo de caducidad, cuando ya lo haya superado, debo soltarla y darle espacio a mi bolsa de viaje para nuevas cosas.




martes, 12 de marzo de 2019

Espejito Espejito




La Comparación que no permite crecer 

Un dolor colectivo que todos hemos vivido en algún momento de nuestra vida es ponernos en la posición del espejo buscando obtener un reflejo de mejor y mayor calidad, cuando lo que vemos es realmente lo que necesitamos para proyectarnos en la vida.

Lo permito cuando me comparo o le doy el poder a otros de que lo hagan, cuando buscando ser aceptado cedo mi esencia para adoptar la apariencia, cuando creo que lo que veo en los demás es mejor que lo que puedo percibir de mí mismo, cuando pretender ser quien no estoy diseñado a ser.  

El riesgo de ser miopes emocionalmente es que me convenza de que todo lo de afuera es mejor que lo que yo soy como persona.

Alce algunos días trabajando con un grupo de jóvenes converse con una chica muy lista, quien no pudo encajar de ninguna forma en la sesión realizada porque su cabeza solo argumentaba su incapacidad para producir respuestas “aceptables” como las de su grupo de trabajo intentando explorar conceptos como felicidad y proyecto de vida.

Su insatisfacción se tornó en una abrumante frustración que la bloqueo por completo la puso en la posición de nulidad donde ella misma creía que se encontraba. Al conversar con ella me di cuenta que todo su enojo y fastidio estaban siendo consecuencia de no tener claridad sobre lo que espera proyectar en su vida profesional y discutiéndolo juntas llegamos al origen del problema, todos saben que hacer, como y cuando, y yo no!

¿Quién dijo que hay un estándar para vivir?, ¿quién dice que el caos y el vacío no son maestros?, ¿quién asegura que siempre debemos tener respuestas a todo?

Las respuestas perfectas para ti no tienen que serlo para otras, tu diseño y el mío son diferentes, por ende los caminos, aciertos y errores también lo son.
Lo importante no es lo que los demás ven, es lo que tú ves de ti mismo y ese es todo el insumo que necesitas para responder con seguridad, para guardar silencio cuando no se tiene claridad y para vivir haciendo de tu vida la mejor de las experiencias.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Tentación: Pecado u Oportunidad?



Cando hablamos de tentación, estamos generando de inmediato condicionamientos de tipo religioso, social, familiar, profesional, etc.; pero la realidad del concepto propone entender más allá de lo que en el exterior se reconoce como tentación.

La tentación como definición general propone la satisfacción personal a mediano o largo plazo como consecuencia de una actividad o decisión poco planeada o de coartar o impulsar a otros en situaciones prohibidas o restringidas.

Mi propuesta hoy, basada en mi propia experiencia, es entender a la tentación como una oportunidad para desarrollar un valor de mucha relevancia en la vida: la voluntad.

Todos buscamos tener la voluntad necesaria para estudiar, madrugar, hacer deporte, comer sano, y así un sinfín de actividades que conscientemente sabemos necesitamos desarrollar pero que carecen de poder, tiempo y priorización a la hora de ser consecuentes en su materialización.

La voluntad, se encuentra entonces un nivel poco eficiente porque nos hemos encargado de sabotearnos tantas veces que ya ni siquiera intentamos aquello que anhelamos y deseamos porque de entrada ya estamos preparando el escenario para el fracaso y surgen las una y mil justificaciones, todas ellas, coherentes, argumentadas y muy probadas sobre él porque eso a mí no me funciona.

Las tentaciones surgen entonces en nuestra vida como esa voz de alerta que emerge para retarnos, cuestionarnos y desarrollar verdaderos seres humanos capaces de distinguir lo honesto de lo íntegro, la fuerza y la debilidad, el deseo y las excusas, el compromiso y la decepción.

No importa cuántas veces hayamos sido presas de la tentación lo importante es cuanto hemos aprendido y cuan dispuestos estamos para emprender verdaderos caminos de crecimiento y fortalecimiento.

La voluntad no viene dosificada pero si tiene el poder de transformar vidas y de multiplicarse en otros.