jueves, 19 de julio de 2018

Felicidadmicina

Felicidadmina

La primera vez que leí sobre Bután y su FIB (Felicidad Interna Bruta), quede bastante sorprendida de que 4 décadas después se siga usando este modelo como referencia de que si es posible medir un país, una sociedad, una economía a partir del grado de felicidad de sus habitantes. 


Encontramos investigaciones y modelos adicionales muy bien ejecutados sobre las fuentes de esa felicidad, como es el caso del Instituto de la Felicidad de Coca Cola, o la investigación de Robert Waldinger que le llevo más de 75 años o las estadísticas que califican a Colombia como un país con altos niveles de felicidad.

Todos ellos concluyen 3 aspectos interesantes:

.     Yo soy el único promotor de mi propia felicidad, así que, eso de que necesito de alguien o algo para ser feliz, es un cliché social al que en el algún momento le dimos poder.
.     Fuimos tan perfectamente diseñados para ser felices que tenemos hormonas que segregan sustancias químicas que nos sintonizan con la felicidad. (Dopaminas para movilizar el placer y la motivación, Serotonina para aliviar el estado de ánimo y endorfinas que literal, producen felicidad)
.     La felicidad no es un concepto, es en definitiva un estilo de vida que propone e implica, cuidarse en todos los sentidos (físico, emocional, económico, en calidad de vida)

Las definiciones y teorías son variadas, todas ellas perfectamente documentadas y sostenibles, con resultados y mediciones comprobables y con diversidad de aplicaciones desde lo personal, familiar, laboral, social, etc. El punto de partida en todas es un único individuo intentando movilizarse sobre el concepto para descubrir su impacto y trascendencia.   

La película Henry en busca de la felicidad a mi juicio logró mostrar de una forma divertida y totalmente lúcida ese movimiento hacia la felicidad donde lo que se abre a la experiencia no es un proceso, es un hombre reconociéndose único y comprometido ella.

La felicidad no es un derecho, no es una opción de vida, ni si quiera es una invitación, es una obligación tuya y mía.

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